«Jerarquías buenas y malas» – Bhante Sujato

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«Jerarquías buenas y malas«

por

Bhante Sujato

Al parecer, una vez que tienes dos personas juntas, es difícil evitar crear algún tipo de jerarquía. Incluso entre un hermano mayor y un hermano menor existe una dinámica tácita. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las organizaciones religiosas, las directrices de la comunidad monástica buddhista son antijerárquicas. A pesar de esto, las organizaciones buddhistas modernas tienden hacia un modelo fuertemente jerárquico. ¿Se trata simplemente de una evolución práctica que refleja los tiempos más complejos en los que vivimos? ¿O es la jerarquía algo fundamentalmente injusto, de la cual hay que sospechar y rechazar allí donde aparezca?

Dado que las jerarquías dominan los sistemas organizacionales, su mal uso es una fuente importante de sufrimiento. Las jerarquías no son simplemente una opción benigna, entre otras, para organizar las cosas. Son un método por el cual el poder es creado y controlado por algunos, y como corolario necesario, tomado de otros. La ética de los sistemas jerárquicos es, por tanto, una dimensión esencial de la justicia.

Revelación completa: soy anarquista por temperamento e inclinaciones políticas, y lo he sido desde que supe lo que significaba. No me gustan las jerarquías y sospecho que el sentimiento es mutuo. Estoy fuertemente dispuesto a sospechar, especialmente cuando escucho defensas de las jerarquías pronunciadas por hombres poderosos. Sin embargo, no estoy ciego al hecho de que la jerarquía es un hecho del mundo en el que vivimos, y me he beneficiado de ella tanto como cualquiera.

Las jerarquías varían, así que veamos un poco algunas dimensiones diferentes. Por favor, ten en cuenta que este no es un tema en el que tenga gran experiencia. Estoy seguro de que todas estas cosas han sido estudiadas en detalle en una vasta literatura de la cual no tengo conocimiento. Aquí simplemente estoy haciendo algunas observaciones basadas en mi conocimiento del Vinaya y la observación de las organizaciones modernas.

Dimensiones jerárquicas

Me gustaría discutir tres aspectos de la jerarquía:

-Jerarquía de organización

-Jerarquía de valor

-Jerarquía de poder

Jerarquía de organización

Una jerarquía de organización es donde las cosas, ideas o personas se clasifican o agrupan bajo una estructura jerárquica ramificada. El ordenador que estás utilizando es un buen ejemplo de ello. Las carpetas incluyen otras carpetas y, en última instancia, incluyen archivos. Es evidente que este es un sistema que funciona. Por supuesto, no está exento de problemas, ya que en cualquier sistema moderadamente complejo nunca está en un 100% claro a qué carpeta pertenecen las cosas. Esta es la razón por la que un sistema operativo tiene un sistema interno de enlaces mediante el cual los recursos de un lugar de la jerarquía pueden invocar cosas a través de otras carpetas.

Otro ejemplo de esto es la organización de una Universidad. Hay Departamentos, Facultades, Escuelas e Institutos, todos ellos ligados y relacionados de alguna manera. Nuevamente, esto resuelve muchos problemas: ¿en qué edificio se ubica este departamento? Pero también crea problemas: una vez que un departamento está ubicado en un edificio, sus miembros están relativamente aislados de los miembros de otro departamento en otro edificio, lo que afecta materialmente las ideas, relaciones y resultados que crea el departamento.

El Buddha utilizó estas estructuras jerárquicas para las ideas. De hecho, las Cuatro Nobles Verdades forman una estructura general, dentro de la cual se pueden asignar todas las demás enseñanzas. Los «cinco agregados aprehensivos», por ejemplo, se asignan a la primera noble verdad. El primero de los cinco es el agregado de la forma, que luego contiene los cuatro elementos. Cada elemento se subdivide en interno y externo, y así sucesivamente. Esta estructura jerárquica de ideas está implícita en todos los suttas y se enseña explícitamente en muchos lugares.

Pero esto también tiene las limitaciones de cualquier jerarquía. Los cinco agregados son los agregados de la «aprehensión», y la «aprehensión» pertenece a la segunda noble verdad. Nunca es posible contener completamente las cosas dentro de una caja: las jerarquías tienen fugas. No obstante, la organización jerárquica ha demostrado ser un modelo útil para la organización de ideas.

Jerarquía de valor

En la época de Buddha, los brahmanes propusieron una jerarquía de valor, en la que ellos mismos estaban en la cima. Las cuatro castas representaban, no sólo una forma en que se organizaba la sociedad, sino un sistema divinamente decretado con los trabajadores en la base y los brahmanes en la cima. No es sólo que la sociedad sea así; así es como Dios quiere que sea. 

El Buddha rechazó esas jerarquías de valor heredadas y, en cambio, argumentó que el valor estaba determinado por las acciones de cada uno. Así, los cuatro tipos de personas nobles forman una jerarquía de valores, con el que entra en la corriente en la base y el arahant en la cima. La diferencia entre este y el sistema brahmánico es que la posición de uno no es fija, sino que está determinada por el propio nivel de visión profunda. Cualquiera puede llegar a cualquier punto de la jerarquía.

En un sentido más general, el valor dentro de una Sangha está relacionado con la antigüedad de uno. Se considera que alguien con más antigüedad es respetado y digno de honor. Sin embargo, cuando se mira de cerca el Vinaya, éste se aplica sólo en unos pocos casos menores; por ejemplo, el orden en que los monjes comen suele estar de acuerdo con la antigüedad. Y el Buddha es muy cuidadoso al señalar que el verdadero significado de antigüedad es aquel que actúa de manera respetable, socavando las nociones de autoridad automática debida a la antigüedad.

Jerarquía de poder

En una jerarquía de poder, hay alguien que puede decirle a los demás qué hacer, pero a quien no se le puede ordenar desde abajo. Un oficial da órdenes a un soldado, pero un soldado no puede dar órdenes a un oficial. Este tipo de jerarquía se encuentra comúnmente en las órdenes religiosas, donde la virtud de la “obediencia” indica una sumisión digna a los poderes superiores. 

El Buddha evitó las jerarquías de poder, excepto en circunstancias muy limitadas. En cuanto a él, dado que sus seguidores habían tenido fe en él, establecería reglas y esperaría que se cumplieran. Pero al final de su vida, permitió que la Sangha relajara la mayoría de las reglas, permitiéndoles decidir por sí mismos si las mantendrían.

Dentro de la Sangha, una jerarquía de poder sólo se establece en determinadas circunstancias limitadas, a saber, en los procedimientos disciplinarios y en el nombramiento de los funcionarios de la Sangha. En el caso de procedimientos disciplinarios, la autoridad no proviene de ningún individuo sino de la Sangha en su conjunto. Ésta es la situación normal en el Vinaya. Sólo la Sangha, en el sentido de los monjes presentes dentro de los límites de un monasterio particular, tiene la autoridad para tomar decisiones ejecutables, y solamente cuando opera de acuerdo con el Dhamma y el Vinaya.

En el caso de los funcionarios de la Sangha, la Sangha delega su poder a un individuo. Cuando es necesario realizar un trabajo en la Sangha, por ejemplo cuidar las tiendas del monasterio, la Sangha puede nombrar a un monje para que haga el trabajo. Ese monje debe ser competente y capaz de realizar el trabajo adecuadamente. Dado que es deber de la Sangha garantizar que el candidato sea competente, una vez que haya asumido el cargo, sus decisiones deben ser respetadas dentro del ámbito de su trabajo. No se necesita recurrir a la Sangha para cada pequeña decisión.

Un monje individual no debe criticar ni desobedecer al encargado de la Sangha dentro del alcance de sus deberes. Por ejemplo, si un requisito es escaso y el encargado de la Sangha lo asigna a los monjes mediante un sorteo, alguien que ha perdido no debería simplemente tomar lo que quisiera de las tiendas, ni debería acusar infundadamente al encargado de la Sangha de parcialidad. Pero si surge un conflicto o dificultad genuina, la Sangha puede plantear el problema y tomar una decisión.

Este sistema es muy eficaz para organizaciones pequeñas como un monasterio típico. Permite a la comunidad determinar los aspectos más importantes de una tarea, sin sobrecargar a las personas con demasiadas reuniones y discusiones.

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Buenas jerarquías, malas jerarquías

Considerando lo anterior, me parece que podemos empezar a identificar ciertas cualidades que distinguen a las jerarquías sanas y moderadas de aquellas que tienden al absolutismo. Por supuesto, nada de esto pretende ser exhaustivo, sólo estoy señalando algunas características.

Preferir lo plano a lo profundo

Las jerarquías profundamente anidadas tienden a arraigarse, y cuanto más profunda es la anidación, menos visibles son las otras ramas. Por lo tanto, las organizaciones tienden a volverse ciegas ante sí mismas y terminan compitiendo y replicando esfuerzos innecesariamente.

Además, considera lo que sucede cuando las decisiones se toman en jerarquías profundamente anidadas. Quien toma la decisión está alejado de quienes efectivamente la ejecutan, y está inmunizado de las consecuencias. Cuanto más profundamente anidada esté la organización, más fuerte se vuelve este efecto. Es fácil despedir a cien trabajadores si no son más que números en una hoja de cálculo. Sin embargo, si trabajas junto a ellos y conoces a sus familias, no es tan fácil.

Dado que las organizaciones grandes tienden a acumular jerarquías profundamente anidadas, esto sugiere que, si va a haber una organización jerárquica, si es pequeña es mejor. Las organizaciones muy pequeñas, por otro lado, realmente no necesitan jerarquía, por lo que las jerarquías son más efectivas para sistemas de complejidad media.

Para ilustrar esto, consideremos nuevamente los sistemas informáticos:

– Para organizar un conjunto de archivos para un proyecto, como, por ejemplo, ensayos para D&D, no necesito una jerarquía, simplemente los coloco en una carpeta.

– Para organizar un sistema complejo pero bastante predecible como el sistema operativo GNU-Linux, se utilizan carpetas anidadas en una jerarquía.

– Para organizar un sistema vasto y dinámico como Internet, la organización jerárquica falla y cada dirección puede estar vinculada directamente desde cualquier otro lugar.

Preferir lo flexible a lo fijo

En la jerarquía de valores, si uno es brahmán o no, se fija al nacer y nunca se puede cambiar. Sin embargo, el nivel de desarrollo espiritual de cada uno evoluciona constantemente, por lo que no es fijo.

Lo mismo se aplica a las jerarquías de poder. Un encargado de la Sangha ejerce autoridad dentro de su propio dominio, pero no en el dominio de otros. El jefe de tienda puede establecer las reglas sobre las tiendas, pero cuando llega el momento de asignar las cabañas, su palabra no significa más que la de cualquier otra persona.

Preferir lo no mezclado por sobre lo mezclado

Observa que en las jerarquías analizadas en la Sangha no existe una superposición real. Un arahant que pide un requisito en las tiendas está sujeto a la decisión del jefe de la tienda, como todos los demás. Y un encargado de la Sangha no es considerado espiritualmente más valorado que cualquier otra persona.

Esto es bastante diferente de la mayoría de las jerarquías, donde las nociones de organización, valor y poder se superponen. En una corporación típica, por ejemplo, uno es ascendido a un nivel superior en la organización; ese puesto es más valorado en términos de salario; y en esa posición ejerces más poder sobre más personas.

Preferir lo dinámico a lo estático

Cualquier tipo de organización jerárquica tiende a generar los tipos de problemas discutidos aquí con el tiempo. Y cuanto más arraigada se vuelve la jerarquía, peores son los problemas. Por lo tanto, es mejor tener una organización donde cambien las personas que ocupan puestos de toma de decisiones, y también donde cambien los puestos mismos. Es mejor un arroyo que una charca estancada.

Sin embargo, demasiados cambios son perjudiciales, por lo que es necesario que haya un equilibrio. Por esta razón, desde el principio se debe incorporar a la organización una tasa saludable de rotación.

Preferir una autoridad impugnable a una autoridad inimpugnable

En el Vinaya, un estudiante tiene el derecho, y de hecho la responsabilidad, de cuestionar a su maestro si cree que se está desviando del Dhamma o del Vinaya. Si el estudiante no puede hacer que el maestro vuelva a la línea, debe irse. Una acusación de infracciones debe ser investigada, sin importar el rango del monje. Cuando los monjes confiesan sus infracciones, lo hacen como iguales, independientemente de su antigüedad, estatus, desarrollo espiritual o poder institucional.

Es notable que el Vinaya incluya un mecanismo por el cual, si una mujer laica presenta una acusación creíble de acoso sexual contra un monje, la Sangha está obligada a investigar e imponer el castigo apropiado. En cualquier organización que no se siga esa regla, se puede estar seguro de que el acoso sexual será tolerado y impune.

Jerarquías en el buddhismo moderno

Es triste decirlo, las organizaciones en los países buddhistas tradicionales a menudo ignoran los principios propugnados por el Buddha y consagrados en el Vinaya, e implementan jerarquías que ejemplifican todos estos defectos. Las organizaciones tienden a ser estáticas, profundamente anidadas, con poder, valor y posición mezclados, y sin responsabilidad ante sus miembros superiores. Estos defectos organizativos no sólo son característicos de las organizaciones asiáticas tradicionales, sino que a menudo se trasladan, en formas aún más extremas, a organizaciones occidentales, bajo la idea errónea de que se trata de una práctica auténticamente buddhista.

Las organizaciones más progresistas han mostrado el liderazgo a la hora de abordar tales fallas, cuidando de implementar mecanismos de retroalimentación, utilizando métodos transparentes y justos para nombrar funcionarios y tomando más en consideración a los miembros de base. También han tomado la iniciativa en reconocer y reparar la marginación histórica de las mujeres, las personas de color y las personas de diversas sexualidades y géneros. Si bien estas cosas pueden ser percibidas como innovaciones por aquellos que sólo están familiarizados con el buddhismo asiático del siglo XX, para aquellos de nosotros que estudiamos el buddhismo temprano, aparecen como un bienvenido renacimiento  de los principios seguidos por el Buddha.

Patriarcado

Al considerar la naturaleza y el papel de las jerarquías, es esencial evitar confiar en las opiniones de quienes están en la cima. La primera voz y la última serán excluidas por las jerarquías.

En las instituciones sexistas, como en muchos monasterios Theravadin modernos, las voces de las mujeres están absolutamente excluidas. Este tipo de jerarquía dominada por los hombres se llama patriarcado. La idea del patriarcado es compleja y puede aplicarse de múltiples maneras, pero aquí la uso en el sentido más obvio de una organización jerárquica dirigida por hombres que le niega explícitamente la igualdad a las mujeres.

Para comprender la naturaleza de los patriarcados, primero hay que escuchar a las mujeres de la organización. Esto no es fácil, ya que en tales casos se enseña sistemáticamente a las mujeres a no tener voz y a no mostrar respeto por sus propias opiniones y experiencias. Se necesita tiempo y confianza para sacar una voz auténtica, una que no se limite a hacer eco de las palabras de los patriarcas. He pasado innumerables horas durante la última década y media escuchando las experiencias de mujeres que han sido perjudicadas por el patriarcado. Y la mía no es más que una pequeña contribución; como siempre, son las propias mujeres quienes hacen la mayor parte del trabajo. Los patriarcas, aislados de las consecuencias de sus acciones, causan el daño, mientras que otros asumen la carga de curar.

El propósito de los patriarcados es privar a las mujeres de poder y capacidad de acción, permitiendo a los hombres actuar con impunidad. La naturaleza oscura e irresponsable de los patriarcados significa que es de esperar el acoso sexual, el abuso y la violación. La violación es el fin del patriarcado. Hemos visto cuán extendido está el abuso sexual en ambientes seculares como Hollywood, o en instituciones religiosas como la Iglesia Católica. Invariablemente, el patriarcado se encierra detrás de los hombres abusivos. El buddhismo ha demostrado no ser una excepción, con múltiples escándalos sexuales que afectan a las tradiciones de Oriente y Occidente. El factor común es que estos son perpetrados por hombres en posiciones de poder, y los patriarcados protegen a los perpetradores, no a las víctimas.

Esta depravación tóxica y violenta se mantiene dentro de los patriarcados mediante un simple truco de engaño. El patriarcado establece un sentido de autoridad intachable basado en algún estándar al que controlan el acceso, como la autoridad ritual (como la ordenación), el carisma personal, un lugar sagrado o la tradición de un maestro. Los seguidores se convencen de la pureza y rectitud esenciales de su patriarcado. Por muchos ejemplos de patriarcados corruptos que se expongan, no tienen ningún efecto, porque éste es especial. Las mujeres se confabulan para defender y apoyar su patriarcado, incluso cuando son ellas o sus propios hijos quienes sufren los abusos. Cuanto más ciegamente uno afirma su propia subyugación y renuncia a cualquier apariencia de voluntad, más demuestra su pureza espiritual y su dignidad a la luz del patriarcado. Cuestionar o criticar es mostrar más que falta de gratitud; debe ser cortado de la salvación espiritual.

Por eso, como señalé anteriormente, el Buddha se aseguró de incluir cláusulas que permitieran a las mujeres hablar en contra del patriarcado sin temor a represalias, asegurando que los hombres que ceden ante sus impulsos más oscuros reciban las debidas consecuencias.

Es solo cuestión de tiempo. Cualquier patriarcado será víctima de la misma dinámica, porque en todas partes vive la misma oscuridad  en los corazones de los hombres. Si todavía piensas que tu patriarcado es una excepción, tal vez podrías preguntarte lo siguiente: si estos hombres realmente son espiritual y moralmente avanzados, ¿por qué están tan empeñados en mantener su propio poder y prestigio? ¿Por qué no siguen el ejemplo del Buddha, dado que la historia, una y otra vez, ha demostrado que tenía razón?

No hace falta decir que simplemente erradicar los patriarcados no pone fin a la violencia sexual. Es sólo un comienzo, un primer paso esencial. Los prejuicios y suposiciones del patriarcado están arraigados en formas sutiles, tanto culturales como psicológicas, que perduran mucho más que la existencia de patriarcados explícitos. Es en este sentido que el término “patriarcado” se utiliza como un término más general y difícil de definir para referirse al privilegio masculino y al poder asumido. Incluso las organizaciones que trabajan para abordar estas cuestiones lo hacen de manera imperfecta. Aún así, no debemos permitir que esto oscurezca el hecho básico: una organización justa y responsable es mejor que una que no rinda cuentas y sea injusta.

Una jerarquía saludable

Es un viejo chiste, pero sigue siendo relevante: si no te gusta la religión organizada, el buddhismo es para ti. El buddhismo, salvo algunas excepciones, tiende a ser un movimiento distribuido y mal organizado. La organización que existe tiende a carecer de recursos y a ser subestimada.

Una vez que vayamos más allá de que unas pocas personas se reúnan para practicar, necesitaremos alguna forma de organización. Esto es especialmente cierto una vez que se adquieren bienes inmuebles. Este es el punto decisivo en el que una organización debe plantearse en serio la toma de decisiones y la rendición de cuentas. Y es cuando una organización debe considerar cómo ha de afrontar responsablemente la confianza depositada en ella por sus miembros y donantes, y establecer un marco para sostenerla en el futuro.

No existe una única forma correcta de hacer esto. Hay muchos ejemplos de organizaciones saludables y responsables que hacen las cosas de diferentes maneras. Algunos rechazan por completo las jerarquías en favor de sistemas planos y ramificados. Otros adoptan alguna forma de jerarquía moderada, siendo desconfiados de los peligros y estando alerta para evitarlos. Esperemos que los principios aquí descritos proporcionen alguna ayuda a quienes buscan una forma justa y sostenible de organizarse.

La creación de organizaciones debería ser parte de nuestra práctica del Dhamma y debería seguir los principios del Dhamma mismo. Animo a todos a que se familiaricen con los principios organizativos básicos del Vinaya. A aprender cómo hizo las cosas el Buddha; ésta es la fuente del Dhamma a la que las tradiciones buddhistas siempre deben regresar.

Nuestro deber es desafiar las jerarquías, especialmente los patriarcados arraigados. Construir organizaciones responsables y justas basadas en el Dhamma es nuestro privilegio. Tenemos la suerte de tener un Maestro que no sólo nos legó elevadas filosofías y principios altisonantes, sino que también mostró en detalle cómo aplicarlos de manera material y práctica. Si tenemos el cuidado de escucharlo, podremos asegurar que nuestras organizaciones sanen sin dañar.

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Extraído desde:

https://suttacentral.net/

para su traducción al español por Kunga Samten, 2023.

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